Francisco Ferrer


Francisco Ferrer Guardia 



(Alella10 de enero de 1859-Barcelona13 de octubre de 1909)

2. Fue un pedagogo anarquista y librepensador español. Fue condenado a muerte por un consejo de guerra que lo acusó de haber sido uno de los instigadores de los sucesos de la Semana Trágica de Barcelona de julio de 1909. Su condena a muerte y su posterior ejecución levantaron una oleada de protestas por toda Europa y por América, y también en España, que acabaron provocando la caída del gobierno de Maura.
Ferrer Guardia recogió la tradición moderna iniciada por Rousseau en el siglo xviii —contraria a la autoridad y a la cosmovisión religiosa—, para adaptarla al anarquismo y el librepensamiento que florecía en las ciudades industriales.
Nacido en una familia campesina de Alella (Barcelona), el 10 de enero de 1859, comenzó a interesarse por la pedagogía en París, donde vivió exiliado, tras verse implicado en varias conspiraciones republicanas, los últimos 15 años del siglo XIX. Las escuelas laicas, o "ateas", como ya las llamó el obispo de Barcelona en una circular publicada en 1881, fueron concebidas por los anarquistas como instrumentos de emancipación proletaria y tenían ya una importante presencia en Cataluña antes de que en 1901, Ferrer Guardia regresara de París y abriera en la capital catalana la Escuela Moderna. A ese experimento educativo, que se extendió en los años siguientes a varias decenas de localidades de la provincia y a otras ciudades españolas como Valencia o Zaragoza, se le atribuyeron después, especialmente tras el fusilamiento de su creador, todas las excelencias de la pedagogía libertaria, una alternativa radical e innovadora al control y monopolio de la educación por parte de la Iglesia católica, que buscaría en la razón y en la ciencia, en palabras del propio Ferrer, los "antídotos de todo dogma".
Educación libre, racional y laica, integral e igualitaria. Ferrer tomó las principales tradiciones de la pedagogía moderna iniciada por Jean-Jacques Rousseau en el siglo XVIII, dirigidas contra la autoridad y las visiones religiosas, y las adaptó al mensaje revolucionario que anarquistas y librepensadores difundían entonces entre los nuevos grupos sociales nacidos con la industrialización y el crecimiento urbano. Con ese programa, que incluía también en la práctica la coeducación de sexos ("que la humanidad masculina y femenina se compenetre, desde la infancia"), no resulta extraño que la Iglesia católica y las gentes de orden reaccionaran de forma enérgica. Como ya argumentó Álvarez Junco hace años, la labor pedagógica de Ferrer conviene valorarla en relación a la pésima situación de la enseñanza en España en ese momento y a los obstáculos que encontraba por parte de la Iglesia y de sus importantes grupos de presión cualquier intento renovador, fuera radical, como el de Ferrer, o más moderado, como el de la Institución Libre de Enseñanza. Los sectores autoritarios y eclesiásticos trataron de frenar la influencia que esos nuevos intelectuales laicos comenzaban a tener entre las capas populares y eligieron a Francisco Ferrer como víctima propiciatoria de un escarmiento que muchos deseaban.

Pensamiento Pedagógico.



El pensamiento pedagógico de Ferrer I Guardia está estrechamente ligado al modelo de escuela que desarrolló, por ello en este apartado se recogen los principios pedagógicos en los que basó su escuela y que definen su pensamiento:

- La coeducación de clase y sexos:
La coeducación de sexos es algo fundamental según el autor para alcanzar el ideal de la enseñanza racionalista. El propósito de la enseñanza debe ser que ambos sexos tengan la misma educación y las mismas oportunidades para desarrollar su inteligencia.

Para Ferrer, la mujer, históricamente ha asumido un papel de inferioridad respecto al varón, y la única manera de compensar esta desigualdad y alcanzar una relación de igualdad y compenetración es a través de la enseñanza. En este sentido, la iglesia ha fomentado esta soberanía del hombre respecto a la mujer

Rol del maestro


En sus aulas los maestros no se impartían enseñanzas religiosas pero sí científicas y humanistas, se fomentaba la no competitividad, el pensamiento libre e individual (es decir no condicionado), el excursionismo al campo, y el desarrollo integral del niño.



Educación como contramensaje

Como bien describe Cappelletti, “un rasgo fundamental de la Escuela Moderna es su carácter social y cultura contestataria. No se trata, como en toda enseñanza tradicional, de adaptar al educado a la sociedad tal cual ella existe, sino, por el contrario, de prepararlo para tener una visión crítica del medio en que vive y para ser capaz de transformarlo desde sus mismos fundamentos.” (Francisco Ferrer Guardia y la pedagogía libertaria).

 Escuela como cárcel y disciplinamiento

La escuela, para Francisco es un recinto que facilita personas funcionales y dóciles para una sociedad desigual. La educación autoritaria prepara a los alumnos y alumnas acordes a las relaciones de dominación, educando para ello, desde y para la dominación a través del disciplinamiento.

Obras


Ferrer i Guàrdia dejó escritos bastantes libros y artículos, entre los que cabe destacar títulos como L'espagnol practique (1895), Enseigné par la methode Ferrer(1895), Los pecados capitales (1900), Cuento ateo (1900) o Ferrer y la Huelga General (1909). Tras su muerte se publicaron las siguientes publicaciones póstumas: La Escuela Moderna (1910), Póstuma explicación (1910) y Alcance de la enseñanza racionalista (1910).


https://repositorio.unican.es/xmlui/bitstream/handle/10902/6834/GainzaFern%C3%A1ndezRebeca.pdf?sequence=1
https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Ferrer_Guardia

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